Nuevas Tendencias de las Bases de Datos
El big data y la inteligencia artificial
La combinación del Big Data y la inteligencia artificial
ofrece a los gobiernos y organizaciones la posibilidad de usar grandes
cantidades de datos, tanto estructurados como desestructurados, para mejorar su
capacidad a la hora de diagnosticar, comprender y afrontar los problemas a los
que se enfrentan en el día a día. Para poder considerar que estamos trabajando
con Big Data se deben dar unas condiciones específicas que incluyen un gran
volumen y variedad de información que debe procesarse a gran velocidad y a
través de técnicas de análisis eficientes que permitan extraer un mejor
conocimiento, tomar mejores decisiones y automatizar determinados procesos. Es
importante también señalar que, para contar con una gestión eficaz del Big Data
no será suficiente con simplemente tener acceso a grandes cantidades de datos,
sino que también se deberá contar por un lado con la infraestructura técnica
que permita procesarlos de una forma eficaz y por otro con las capacidades y el
conocimiento necesarios para el análisis de la información obtenida.
Riesgos y oportunidades Nos encontramos en el
comienzo de una nueva revolución digital y social. La posibilidad de poder
analizar enormes cantidades de datos procedentes de fuentes muy diversas y de
manera casi inmediata nos permite observar los problemas desde una nueva
perspectiva, lo cual abre todo un mundo nuevo de posibilidades que no sería
posible a través de los métodos más tradicionales. El Big Data también nos
permite detectar fácilmente efectos anómalos en sistemas particularmente
grandes y complejos, y darnos así la posibilidad de analizarlos más en detalle
y poder corregirlos si es necesario.
Los algoritmos de decisión
Como hemos visto en el apartado anterior, la cantidad de
datos producidos de forma conjunta y constante por la humanidad está sufriendo
un impresionante crecimiento. Al mismo tiempo, los gobiernos y organizaciones
están empezando a adoptar también una nueva estrategia de toma de decisiones
basada en los datos y la evidencia. Es por esto que cada vez es más frecuente
confiar en agentes automatizados para extraer el conocimiento necesario de esos
datos de forma ágil y eficiente, y poder así también facilitar – o incluso
automatizar totalmente – el proceso de toma de decisiones.
Riesgos y oportunidades
Los riesgos a los que
nos enfrentamos a la hora de automatizar tareas y decisiones mediante los
algoritmos tienen que ver principalmente con la posible discriminación a la que
pueden conducir esas decisiones si no contamos con las garantías necesarias. Dicha
discriminación puede manifestarse de dos formas diferentes:
· Dos
individuos que deberían ser considerados iguales para los aspectos relacionados
con la evaluación que debe hacer el algoritmo que se aplica, pero que en la
práctica obtienen resultados diferentes.
· Dos
individuos que son manifiestamente diferentes para la evaluación que tiene
lugar pero que, debido a que comparten algunos otros indicadores comunes, son
finalmente tratados de forma idéntica por el algoritmo de manera errónea. Las
principales causas para que esta discriminación tenga lugar tienen generalmente
como origen alguna de las distintas etapas durante la conceptualización y
desarrollo de los propios algoritmos:
· Los
datos de entrada que se utilizan para la alimentación del algoritmo son
incompletos, incorrectos o de baja calidad. Si los datos no representan
fielmente la realidad entonces los resultados no serán tampoco los esperados.
Las reglas que se aplican para el análisis de los datos de
entrada pueden no estar lo suficientemente refinadas, o quizás los algoritmos
no han sido entrenados adecuadamente en esas reglas, debido a una variedad
insuficiente de datos. Por lo tanto, una vez más, el resultado no será el
correcto. ·
Falta de la contextualización necesaria para que su funcionamiento sea
correcto, pudiendo ser adecuado en algunos contextos, pero no en otros.
·
Falta de adaptación al entorno en el que opera el algoritmo para seguir
manteniéndose relevante según evoluciona. A todo lo anterior habría que sumar
el problema de una creciente desconfianza por parte de los usuarios frente a
condiciones de uso y consentimientos implícitos que no se ven capaces de
interpretar, y que hacen que las dudas y reticencias sobre el funcionamiento de
estos algoritmos vayan en aumento. A ello hay que sumar la falta de
documentación y la poca transparencia acerca de cómo funcionan estos
algoritmos, siendo en algunos casos incluso imposible para sus propios
creadores explicar su funcionamiento. Con el objetivo de atajar todos estos
problemas se está desarrollando un debate global sobre el concepto de rendición
de cuentas y transparencia en los algoritmos, así como sobre los principios que
deberían seguirse para el desarrollo de unos algoritmos responsables
Las nuevas fuentes de datos y el Internet de las
Cosas
El concepto del Internet de las cosas se basa en la
comunicación directa entre una variedad de aparatos tecnológicos todos ellos
conectados entre sí. En el entorno actual el hardware es cada vez más potente y
más asequible, al mismo tiempo que la conectividad permanente es también más
ubicua y barata.
Gracias a la
combinación de ambas variables en un mismo momento estamos viviendo el actual
gran auge de una nueva generación de objetos cotidianos inteligentes
conectados, desde bombillas a termostatos, electrodomésticos o los cada vez más
populares asistentes personales.
Es de esperar también
que estos dispositivos den lugar a un cambio cualitativo considerable en cuanto
a la forma en que interactuamos entre nosotros y con el entorno que nos rodea.
Riesgos y oportunidades
Tanto los riesgos como las oportunidades vienen dados en
este caso por una misma causa común: la hiperconexión que ofrecen este conjunto
de elementos y la sobreexposición al mundo exterior de nuestras vidas y datos
personales que viene asociada a ello. Además, hay que añadir que nos
encontramos en un mercado todavía incipiente y que la madurez de estos
productos no es todavía muy alta. Por un lado, gozaremos de una mayor variedad
de servicios al multiplicarse nuestras posibilidades y opciones de selección.
Además, se mejorará también la accesibilidad de esos servicios proporcionando
nuevas y múltiples formas de interacción con ellos.
Esto facilitará la
universalización de los servicios independientemente de las habilidades de la
persona que esté interactuando con ellos o del entorno en el que se lleve a
cabo dicha interacción.
CONCLUSIONES
Hoy en día todos y
cada uno de nosotros generamos una cantidad de datos sin precedentes a través
de cualquiera de nuestras actividades cotidianas. Gracias a esta gran
disponibilidad de nuevos datos, en combinación con la enorme evolución que está
teniendo lugar en todas las áreas de la tecnología, se abre ante nosotros todo
un mundo de nuevas posibilidades y tendencias a explorar como las que hemos
analizado en este informe. El big data, la inteligencia artificial, los
algoritmos de decisión, el internet de las cosas y los registros distribuidos
comparten todos ellos un gran potencial por explotar para mejorar nuestras
vidas, pero como hemos visto a lo largo del informe comparten también un gran
número de nuevos desafíos que deberemos afrontar antes de poder aprovechar todo
su potencial. A nivel del continente Europeo la Comisión Europea ha tomado ya
cartas en el asunto y está poniendo en marcha distintas acciones para dar
respuesta a gran parte de estos desafíos.
Big data Como parte de su estrategia para construir una
economía Mundial de los datos la Comisión informática reconoce el papel del big
data en la innovación tecnológica actual a la hora de mejorar la eficiencia y
productividad del sector público, a la vez que se da una mejor respuesta a los
retos actuales de la sociedad. No en vano las tecnologías y estándares de
datos, incluyendo tanto las políticas de big data como las de open data y open
access, son una de las cinco áreas prioritarias dentro de la iniciativa de
digitalización de la industria Mundial. Por este motivo la Comisión pretende
asegurar el libre acceso y circulación de cualquier dato no personal a lo largo
de la Unión Europea, a la vez que se sigue salvaguardando la información
personal de forma adecuada.
Por otro lado, las consideraciones éticas son también un
tema recurrente. Por ese motivo se ha puesto en marcha un estudio sobre los
retos que presentan los algoritmos automatizados para la toma de decisiones, y
a la vez empezamos a ver notorios casos en los que en Comisión se pronuncia
claramente en contra del uso condicionado e interesado de algoritmos.
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